Alvaro Javier Calderón

Cosas mías

 

LA GUERRA Y LA PAZ

 

El título hace referencia al relato histórico-literario del gran escritor León Tolstói, quien a mediados del siglo XIX publicó su novela teniendo como referencia las invasiones napoleónicas de comienzos de 1800, además de la tranquilidad de los potentados rusos, los cuales poco, o nada se inmutaron por lo que sucedía a su patria y disfrutaban de sus banquetes y fiestas aduciendo que la paz era la ausencia del dolor y a ellos en nada los afectaba el sufrimiento de su pueblo.

 

Sin embargo, no se hará referencia a sufrimiento alguno, ni al disfrute placentero de aquellos a quienes no afecta ninguna dolencia física, social o afectiva.

 

Todas las guerras deben conducir a la paz, porque lo que se debe buscar es el diálogo con al adversario, para que reine la tranquilidad; sea cual fuere el motivo de la disputa, el diálogo debe ser el arma adecuada, cuando se desea esa paz.

 

La recociliación se hace con aquellos que piensan y actúan de una forma diferente a su contradictor. Es decir, no es entre amigos que se hace la paz, es entre quienes no lo son.

 

El ministro del Interior de Colombia convocó, hace unos días, a quienes tienen que ver con la violencia en los estadios, a saber: los reperesentantes de las barras, los directivos del fútbol, los representantes de los futbolistas, las autoridades y los periodstas, con fin de iniciar un diálogo constructivo en procura de encontrar una solución al problema.

 

A dicha reunión fue invitado el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, como máximo representante de la entidad; sin embargo, la actitud del citado presidente, fue un rechazo a la asociación de los futbolistas y a los periodistas, aduciendo que ellos hacían parte de los actores y protagonistas de los disturbios y, que, por eso no se reunía con ellos.

 

La actitud del presidente de la Federación de Fútbol no es nueva; en el pasado como presidente de la DIMAYOR, pretendió censurar a periodistas y locutores, que criticaban algunos de sus actos. Más tarde, ya fugiendo como máxima autoridad del fútbol, propuso sacar a la radio de los estadios, porque lo único importante era la televisión, según su pensar; finalizó promoviendo la liberación de costos de los derechos de Radio para las transmisiones de fútbol, con el fin de manipular más fácil al periodismo. Claro que no pudo lograr su propósito

 

Los culpables de los actos vanálicos en los estadios, no son solamente los hinchas, lo son los equipos de fútbol que, les dan trato preferencial a las barras, los directivos porque conceden gabelas a los barristas, los jugadores por defenderlos cuando invaden las canchas, los periodistas que no denuncian y las autoridades que no promueven campañas o no prevén lo que puede suceder antes, durante y después de un partido de fútbol.

 

La conclusión es que la Federación de Fútbol es protagonistas en alguna medida y no debe limitarse a llenar sus arcas y vivir tranquilamente como los potentados de la rusia del siglo XIX, porque la guerra está frente a ellos, anque no los afecte y se la pasen viajando por el mundo, disfrutando de los manjares del poder, olvidándose de quienés sufren el flagelo de la violencia en el fútbol.

 

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